viernes, 2 de noviembre de 2012

25/10



Sin duda el ambiente es, al mismo tiempo, tan puramente social como económico, mala combinación química ésta para quienes, de lunes a  lunes, pasan su vida al sol… que, desde la película de Fernando León, significa lo que significa.

Sociales no, los más sociales, son, según Montoro, unos Presupuestos Generales del Estado tan restrictivos que han sido tildados por todos como de economía de rescate. Podría dar la impresión de que los buenos resultados en Galicia y en el País Vasco favorecen la patente de corso, o al menos el cinismo refinado sin contemplación alguna.

Un analista político aseguraba hace un par de días, aplastado por la razón, que estos Presupuestos Generales no son los adecuados para los tiempos que corren, en los que se necesita un revulsivo basado en la inversión y no en el recorte. La reflexión es automática: ¿no será que, además, no tenemos los políticos adecuados? Al paso que vamos, los que levantan la mano desde las bancas rojas van a verse desbancados por la voz de la calle, por mucho que se la quiera acallar.

Economía política de miseria es lo que se está propiciando desde la Unión al dictado de Alemania, un país cuyo lander –estados que componen la República Federal- menos endeudado triplica lo que debe Cataluña, la autonomía con más números rojos del Reino de España… y a pesar de ello, deciden sobre el futuro del resto de Europa. El dinero/poder es lo que tiene, siempre otorga la fuerza y, por ende, la razón.

Socialmente inaceptables son los demoledores datos vomitados en plena cara de una sociedad apática: un millón de jóvenes (de 16 a 29 años) se encuentran en paro y sin título de la ESO. Un apunte: en 2007 eran 400.000. La crisis arrasa, y no solamente con las hipotecas.
Esto ya no es lo que era; si no fuera por la insistencia de los medios, el debate que decide quién va a ser el Presidente del mundo apenas habría despertado expectación alguna. Claro que comparado con el hecho de que Grecia ya permita vender productos caducados en los supermercados, lo del inquilino de la Casa Blanca es una memez. Tiempos añorados aquellos (hace sólo 4 años) en que Obama despertaba una corriente de simpatía nunca vista en el mundo. Qué energía social más desperdiciada.

El CIS es contundente: 9 de cada 10 españoles afirman que los impuestos no los pagan quienes más tienen. Algún día alguien nos tendrá que explicar lo de las SICAV, esos híbridos mitad fondos de inversión, mitad sociedades anónimas, que tributan al 1% en lugar del 30% como toda sociedad. El pretexto es que, de no existir las SICAV, el dinero se iría a Luxemburgo. ¿No sería entonces más fácil suprimir, de una vez por todas, los paraísos fiscales? ¿Por qué no se hace? Los caminos del Poder y del Dinero son decididamente imposibles de rastrear, vaya usted a saber por qué.

El PSOE cae en barrena, y, visto lo visto, aún le queda pozo por recorrer. El caso es que si la socialdemocracia juega a ser neoliberal, los ciudadanos -que tan tontos no son- prefieren lo genuino y deciden votar al PP. Es evidente que para mantener la identidad, primero hay que tenerla, pero me da la impresión de que ese barco también hace aguas en la calle Ferraz…
Para terminar, los 52.500 millones de euros inyectados por el Gobierno a la banca española que, usted y yo vamos a tener que pagar porque la señora Merkel (no nos engañemos, una chica de los recados más) ha decidido que eso lo tenemos que abonar los ciudadanos cuantificándolo como déficit del estado. Es como si las obras del vecino del 5º las pagase todo el rellano para que no lo tuviera que pagar la Comunidad, pero ¿y el vecino, cuándo paga?

Y después de todo esto, serán capaces de quejarse de que el Vitriolo es corrosivo ¿Es para menos?

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