Las semanas se
suceden, e incluso los meses y, a riesgo de pecar de perogrullo, no me queda más remedio que reafirmar que la
mierda (verbigracia) sigue teniendo el mismo olor y consistencia ¿alguien lo
dudaba? Aunque debería ser a la inversa, los años han ido minando nuestra
capacidad de asombro: ni cuentas en Suiza ni sobrecogedores personajillos
tienen ya la capacidad de asustarnos. La corrupción es, desgraciadamente, un
hecho banal y asumido.
Lo de menos es
quién repartía/reparte los sobresueldos y, si me apuran, como poco importante
es saber quién los recibe/recibía. Insisto, pura anécdota.
La salida de
la mierda a la superficie, que bien es sabido siempre acaba flotando, es la
combinación y consecuencia de unos hechos denigrantes y de las sempiternas
luchas internas por el control del aparato, sea cual sea.
Curiosamente,
nuestra reacción no es ni la de pedir cuentas, ni la de formular ese
contundente ¿por qué? capaz de desarmar a cualquier experto del “donde dije
digo”. Pero no, decididamente no; nuestra carambola mental pasa por poner en
duda el régimen de libertades elevando al grado de sublime la falaz y letal
ecuación de que “siempre será mejor que uno robe a que roben muchos”.
En primer
lugar, porque aquí nadie está para robar y si, como todo indica, eso se produce
(aunque me niego rotundamente a generalizar), tenemos el deber moral de
desterrar de la vida pública a quienes lo practican/protegen/justifican y/o
encubren…y, en segundo lugar, debemos alejarnos de la peligrosa opción del
eterno salvador que sólo serviría para
que se repitiese la historia, y eso sí que sería lamentable… aunque mucho me
temo que, decididamente, nos encaminemos a ello a marchas forzadas. Las
encuestas afirman que los españoles desconfían de la Democracia y, por ende
de los políticos, sin embargo nadie parece querer cuestionarse de dónde procede
el dinero que controlan los muchos Bárcenas de todo pelo (bien es sabido que en
todos los baciones -d ícese en Aragón del lugar donde comen los cerdos-
se arrojan despojos, sean del color que sean estos bastos recipientes). Así, nadie
se pregunta quienes son los verdaderos beneficiarios de tanto dinero repartido,
esos lobbys con intereses comerciales y financieros concretos o multinacionales
con fines muy claros en forma de indecente cuenta de resultados que continúan
impunes ante lo que está cayendo. Faltaría más.
Pero hasta ahí
nadie llega, ni usted, ni yo, ni los medios….ni nadie, ni absolutamente nadie y
todo eso con 6 millones de parados haciendo cola en el INEM.
Dice Doña
Elvita, que de poner las cosas en su sitio sabe un rato largo, que como sigan,
unos y otros, presionando en la misma dirección acabarán por “escular” el
tinglado…y como sabiamente agrega: “si es para que reaccionemos de una vez por
todas y para que todo cambie, mañana es tarde”.
Así que,
hablar de escándalos a estos niveles es sencillamente una ridiculez o una
tomadura de pelo, que para el caso….
¿Vitriolo para
tanta porquería? Floja me parece la medida pero, como ya bien intuye, usted
sabrá lo que más le conviene…..pero eso sí, a
mierda sí que huele todo esto, sin duda alguna.