jueves, 14 de febrero de 2013

14/02 (LA SEMANA DE CHARLIE RIVEL)





Resultan cuando menos curiosos los ejercicios de contorsionismo que, a nuestra costa (¿de quién si no?), llegan a hacer nuestros progenitores de la patria para mantener el tipo. Capaces de decir una cosa y la contraria sin apenas inmutarse, los excelentísimos interinos de la cosa pública hacen su cotidiana práctica del “sí pero no, aunque quizás… ¿pero a usted, cómo le gusta en realidad?”. Evidentemente, si ser un pragmático político de goma no basta, siempre les queda el “Plan B” de apelar a la percusión o apelar al miedo como estrategia… No sería la primera vez.
El caso es que, entre los fríos vientos del loco febrero, hemos podido comprobar cómo el portavoz del PP en el Senado ha venido a Ceuta para decirnos, en mitad de un escándalo Bárcenas cada vez con una mayor evidencia de vendetta y de lucha por el poder interno (además de conllevar los supuestos pagos en negro a parte de la cúpula conservadora), que los políticos debemos ser un ejemplo, totalmente transparentes, debemos ser ventanas sin ningún tipo de contras, para que se pueda observar a los partidos por dentro y vean nuestra actividad y todo eso sin tan siquiera despeinarse. No es que le falte razón, pero sí evidencias en las que apoyarse, así que o vivimos en “un mundo feliz” (Huxley dixit) o nos están tomando el pelo o, tercera posibilidad (más que plausible según el ideario de cualquier partido), la prensa canalla que airea los trapos sucios es la verdadera culpable de todos los males, extremo éste más que verificado, bien es sabido. No sé si me asombra más la británica flema del senador o su capacidad de ser inmune a la realidad. Él, “a lo suyo”… que por cierto, no es precisamente “a lo nuestro”, dicho sea de paso.
Paso importante el que dio el Ministro Montoro para confirmar lo poco que le cuesta reírse de quienes cuya Hacienda dice administrar. En un ejercicio de pseudo gracia, aseguró, con relación a la Corrupción, que “a ver si estos fenómenos son únicos de España… sólo hace falta ser un poco viajado para saberlo”. La frasecita, del que otrora fuera uno de los ministros “fuertes” de Rajoy, se califica por si sola.
Sola, lo que se dice sola, solita, sola se está quedando la ministra de Sanidad y Asuntos Sociales. Ana Mato, relacionada con el Caso Gürtel vía marital (bueno, ex), también ha tirado de manual para decir que todo esto responde a una “cacería política y personal”. Curioso este país llamado España en que algunos ilustres matrimonios afirman llevar cuentas y vidas separadas. Si ellos lo dicen…
Decir, lo que se dice decir, poco o nada ha dicho Arturo Fernández (el chatín no, el otro) de los pagos de horas extras en negro. El Vicepresidente de la CEOE está reflexionando sobre su futuro en el seno de la organización patronal tras el escándalo desvelado por la SER. Parece que el “negro-style” (que diría alguien que conozco) es algo mucho más extendido de lo que realmente está aflorando… porque, aunque se diga poco, saber, parece que sí se sabe.
Sabe mal, muy mal, rematadamente mal que el Presidente del Banco que pagamos todos, el Banco Central Europeo, haya comparecido en el Congreso de los Diputados (¿donde estamos todos representados?) a puerta cerrada, sin luz ni taquígrafos y con inhibidores para que no se pudiese tuitear su comparecencia… y todas sus Señorías, o casi, aceptaron las reglas del juego. ¿Esa es la transparencia a la que antes aludía el portavoz senatorial del PP? De pena.
Pena, honda, profunda y envuelta en vergüenza la de saber que un matrimonio de jubilados decidió suicidarse ante la inminencia del desahucio. ¿Cuántos más harán falta para que, de una vez por todas, reaccionemos?
Reacción de “después de mí, el diluvio” es la que ha tenido la secretaria general del PP, Doña María Dolores de Cospedal García, al afirmar que “cuando la política con mayúsculas desaparece, aparece el populismo o aparecen los generales” y eso a escasas horas de que el presidente de su partido asegurase que en el espacio político español no había sitio para los partidos estrafalarios. ¿En qué quedamos entonces? ¿Aplicamos, pero sólo cuando nos interese, el ungüento del miedo para que los palos a la burra parezcan caricias? ¿Los casos de corrupción no preocupan, pero su difusión sí? ¿De verdad piensan que tan planos de encefalograma somos? Va a ser que sí.
Sí, de los “sí” de toda la vida, para Beatriz Talegón, quien ha puesto las cosas en su sitio sin anestesia ni edulcorantes. Así, la secretaria general de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas reprochó duramente a los dirigentes socialistas su actitud de cara a la sociedad. En el transcurso del Congreso de la Internacional Socialista afirmó que no se podía “promover la revolución desde hoteles de cinco estrellas llegando en coches de lujo”. Está claro que ni se trata de reunirse en cuevas ni de desplazarse en patinete, sólo se trata de coherencia… algo que escasea, lamentablemente.
Esta semana me recuerda decididamente a Charlie Rivel, el payaso internacionalmente conocido que aullaba mientras miraba al infinito, una suerte de llanto hacia la nada que nunca esperaba respuesta, quizás porque esta no existía.
Al respecto, Elvita es contundente: “nos siguen escullando toda la mierda encima de la mesa y sólo nos preocupa si es blanda o si es dura”. Nada que añadir.
¿Vitriolo en estado puro? Visto lo visto, inocuo me parece ya…


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