jueves, 21 de febrero de 2013

21/02 (SEMOS ÑUS)





La verdad es que asomarse a la actualidad da para pocas alegrías, concretamente para ninguna; aumenta el número de parados, la miseria se supera diariamente a sí misma y los escándalos por corrupción se suceden en una suerte de asquerosa espiral al tiempo que nadie, absolutamente nadie, quiere asumir responsabilidades o tan siquiera ofrecer explicaciones. ¿Para qué, verdad?

Mientras tanto, sus Señorías se enfrascan en debates que sólo logran interesar a algunos periodistas, tertulianos y/o a élites… los demás, es decir, usted o yo (bueno, al menos yo) contemplamos todo este lenguaje versallesco como las vacas que ven pasar el tren. Eso sí, de resolver los problemas de los ciudadanos, poco o nada.

Visto lo visto, está claro que no aprendemos porque seguir permitiendo atropello tras atropello en nombre del deber tiene, como mínimo, delito de colaboración necesaria por nuestra parte. Y si no, pasen y vean.

Ahora la CNMV, por boca de su presidenta, admite que debía haberse anticipado al problema de las preferentes, ya saben, esos productos financieros tremendamente peligrosos que se vendieron sin explicar de qué se trataba. Pues bien, es ahora, una vez producido el daño de forma irreparable (lo de Santa Rita, ya se sabe), cuando el máximo órgano regulador de las cosas bursátiles reconoce que debían de haber previsto algo, como si de la Comisión Nacional del Mercado de Valores se tratase (valga aquí el vitriólico comentario). Una vez admitido, ¿qué les queda a quienes prometieron oro y más? Nada, llorar y seguir cantando por qué la vida, o quien fuese, les engañó.

Engaño no es, sin duda alguna, lo afirmado por el portavoz del PP en el Senado en Ceuta. Barreiro fue muy claro: “El rechazo social no debe impedir al gobierno actuar”, y tan pancho se quedó su Ilustrísima. Dicho de otra forma: nosotros a lo nuestro que lo vuestro es otro día, si eso. Aún estoy esperando las reacciones.

Reacción cero es lo que hemos obtenido (también) de todo lo que rodea a Bárcenas, si no es el ya consabido “y usted más” que no solamente evita explicar nada, sino que enturbia/empobrece/contamina aún más el ambiente. El que fuera (hasta hace poco, al parecer) tesorero en nómina del partido en el Gobierno tiene cuentas millonarias en Suiza y demás paraísos fiscales, está imputado en la trama Gürtel y su nombre sale cada tres por dos en todo lo relacionado con la corrupción. Y frente a esto, nadie hace ni dice nada de nada. Es evidente, lo diremos por enésima vez, que Bárcenas es una herencia recibida, que Rajoy no lo nombró y que todo se asemeja más a una brutal guerra interna que a cualquier otra cosa; la pregunta obligada es ¿por qué tanto tacto y oscurantismo en este tema? ¿Sería lícito entonces llegar a pensar que los asuntos de partido están por encima de los temas de Estado, tanto que se prioriza la lucha por el Poder sobre el interés ciudadano? Pues va a ser que sí y que, además, no es privativo del PP. En ese charco de inmundicia, tod@s chapotean sin ningún problema. Mal endémico por lo visto.

Visto, lo que se dice visto, se ha visto poco, eso sí, se ha intuido pero poco más. Todo lo relacionado con el tema del espionaje en Cataluña está siendo de lo más lamentable. Primero, que se espía “tous azimuts” (De Gaulle dixit), es decir tod@s contra tod@s; segundo, que si se espía a alguien, será que otro “alguien” lo ha encargado y pagado, claro está y tercero, que si una empresa de detectives es capaz de mover tanta información de forma ilícita es porque existe esa información, o al menos se cree que existe. El caso es que toneladas de informes se van a acumular en dependencias policiales; esto promete… aunque usted se puede ir olvidando de saber nada. Al final, todo será un montaje falso de un gerente con pocos escrúpulos que se ha inventado todo… basura suma y sigue.

Sigue en lo suyo y sin desfallecer Esteban González Pons, vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, quien no se ha cortado lo más mínimo cuando ha afirmado con rotundidad que no se han perdido derechos laborales en el último año. A ver, ¿el que fuera consejero con el valenciano Camps se refiere a los derechos laborales de los diputados y senadores? ¿Está comparando los derechos laborales de 2013 con los de 1515? Misterios de la interpretación política.

Sea como fuere, nada cambia y las mismas milongas se repiten una y otra vez delante de nuestras impasibles narices.

Elvita, tirando de su particular sentido del humor, es tajante: “esto se parece a las repetidas escenas de las manadas de ñus que, año a año, cruzan el río en el que los cocodrilos se dan un festín… una y otra vez. Y nada –afirma con sorna- que no aprenden, y eso que, por una parte muchos de los ellos repiten en la trashumancia y, por otra, ese reportaje se emite una y otra vez en National Geographic… pues nada, a pesar de todo, ñus en su propia salsa año tras año”.

Como siempre, la de Pina de Ebro da en el clavo. Todo lo vivido en el mundo político es una suerte de Día de la Marmota en el que todo se reitera sin cesar… porque nosotros lo permitimos, claro.

Al final va a ser verdad que “semos” ñus, vamos, que no aprendemos.

¿Vitriolo? A cántaros nos haría falta para despertar del letargo… de los ñus.

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