Paradojas de la Vida, cuantos
más esfuerzos se llevan a cabo para soslayar un hecho, más evidente acaba resultándonos.
En una suerte de infernal Ley de Murphy, esta
semana no ha hecho si no poner brutalmente de relieve todo lo que, con ahínco, se
ha procurado obviar por todos los medios.
En
esta particular carrera de quién esconde más, la secretaria general del PP ha
logrado una mención especial por eso del “pago en diferido” que nadie ha
logrado descifrar pero que todos hemos comprendido. La intervención de una
Cospedal librada a los leones, cuyas palabras desprendieron un inequívoco tufo
a miedo y a deudas pendientes, fue lo suficientemente enrevesada para que todos
entendiésemos que, hasta hace muy poquito, Bárcenas fue, en el seno del partido
que lideraba Aznar, mucho más que un simple contable. Tampoco se le escapa a
nadie que sus cuentas, muchas veces
millonarias (de euros, claro), huelen a lo que huelen… procuren no
pisarla.
Pisar fuerte es que lo se
intenta desde Zarzuela, también haciendo malabares para no nombrar a nadie, en
un particular “Annus Horribilis” que no está dejando noble con corona, y
nosotros que creíamos que estas cosas sólo le pasaban a la britana prima Isabel. La extraña alianza del
mal llamado sindicato Manos limpias (cuyo único
dirigente es un conocido militante ultraderechista, ex responsable de la
organización Frente
Nacional y nombrado Caballero de Honor de la Fundación
Nacional Francisco Franco, casi nada) y la izquierda denominada
republicana, junto a la torpeza y codicia de algunos huéspedes de la Zarzuela,
nos dibuja un panorama en el que la salida de los Borbones sería la solución a
todas las crisis, como si un Plan tipo Sarkozy fuese la solución...y va a ser
que no. Manipulaciones las mínimas y chorizos entre rejas, la solución es así
de simple.
Simple es la ecuación: si lo que nos ofrecéis
no convence, ¿por qué os lleváis las manos a la cabeza cuando se producen
fenómenos como el de Italia? García Margallo, nuestro ilustrado ministro de
Exteriores, ha venido a decir que si bien era cierto que los partidos no eran
capaces de conectar con los ciudadanos, optar por otras soluciones aventureras
no era de recibo. No se puede estar provocando la catástrofe, llorar después a
los muertos y tomarnos finalmente por gilipollas… ¿O sí? Visto lo visto, va a
ser que sí…
Elvita, que cuando se pone el cachirulo no hay
quien la pare, afirma, con su particular aplomo: “si todos fuesen tan limpicos
como dicen ir, no habría necesidad ni de ir tapando mierdas, ni esconder
nombres de sinvergüenzas”.
Más claro, Vitriolo.
¿Vitriolo?
A mares nos va haciendo falta…pero ya!!
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